Pero como las chispas se levantan para volar por el aire,
Así el hombre nace para la aflicción. Job 5:7
Ya han transcurrido tres meses de este nuevo año 2006, por lo general los presupuestos y los planes de acción de toda empresa son revisados trimestralmente con el propósito de ver el cumplimiento de las metas y analizar si es necesario el cambio en algunos planes. De igual modo estoy seguro que de una u otra manera, ya sea que las escribieras o las dispusieras de manera mental, hiciste planes para este nuevo año, por lo que quiero pedirte o recomendarte que en la revisión de la ejecución de esos planes tengas a bien ver si tomaste en cuenta un elemento que indiscutiblemente va a afectar y tener gran influencia en todos tus proyectos y del cual es imposible que te puedas librar.
El elemento al que quiero hacerte referencia es la aflicción. Quiéralo o no en el transcurso de este año, en una medida o en otra estarás enfrentando diversas aflicciones. Pues como lo dice la Escritura, el hombre nace para la aflicción y es seguro que esto no es necesario probarlo, pues basta con tan solo recordar todo lo que te ha pasado durante estos tres meses, o a tus familiares o amigos o simplemente darle un vistazo al periódico. Pero el punto aquí es: ¿Hiciste previsión para esos momentos difíciles? Si tu respuesta es afirmativa te felicito, de lo contrario deberás hacerlo o tus proyectos los llevarás a cabo con mucha deficiencia o probablemente tendrás que abandonarlos. Debes llenar esa parte del presupuesta denomina imprevisto y para hacerlo debes ser realista.
Pero no solo quiero darte la voz de alerta ante este inconveniente, sino que del mismo modo en que lo hace la Escritura deseo mostrarte la otra parte de la moneda. La Escritura no solo dice que el hombre nace para la aflicción, sino que también muestra los medios adecuados para enfrentar los problemas. El Señor Jesucristo no era un positivista, y a la verdad que El tiene todo lo necesario para serlo, pero cuando estaba cerca su partida, sabiendo lo que enfrentarían sus discípulos observa cuales fueron sus palabras para consolarlos:
"Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". (Juan 16:33).
Y para que veas la realidad de esta afirmación mira lo que dijo uno de sus apóstoles:
"Todo lo puedo en Cristo que me fortalece". (Filipenses 4:13).
El verdadero cristiano, no el nominal, esta completamente preparado para las aflicciones así como los barcos están diseñados para navegar en el mar. Tú también puedes hacer tuyas estas palabras si te dispones a tener una relación personal con Cristo ajustándote a sus mandamientos contenidos en la Escritura y si lo haces verás que aun en la mayor de las aflicciones, la muerte, podrás estar tranquilo.
Pero es importante que entiendas que el verdadero cristianismo no esta centrado en el hombre, sino en Dios. Por lo que si bien es cierto que el acercarnos al verdadero Dios es lo que realmente nos hará bien, el punto principal con el cual deseo dejarte es que acercarte a Dios te llevará a cumplir con el propósito principal para el cual fuiste creados: Glorificar a Dios y gozar de El para siempre. Esta vida no es la más importante, lo es la vida eterna, pero en esta vida “definimos” nuestro destino final. Ojalá te decidas por lo mejor.